Hoy estoy vivo.
Ayer fui.
Mañana seré.
Hoy soy.
La suma de muchísimos ayeres forma mi pasado.
Mi pasado se compone de recuerdos alegres y tristes… Algunos están fotografiados y ahora son cartulinas donde me veo pequeño, donde mis padres siguen siendo recién casados y donde mi ciudad parece otra.
El día de ayer pudo haber sido un hermoso día…
pero no puedo avanzar mirando constantemente hacia atrás,
pues correría el riesgo de no ver los rostros de los que marchan a mi lado.
Tal vez el día de mañana amanezca aún más hermoso…
pero no puedo avanzar mirando sólo el horizonte,
pues correría el riesgo de no ver el paisaje que se abre a mi alrededor.
Por eso, yo prefiero el día de hoy.
Me gusta pisarlo con fuerza, gozar su sol o estremecerme con su frío.
Quiero sentir como cada instante me dice «¡Presente!»
Sé que el presente es muy breve, que pronto pasará, pero más tarde me será imposible modificarlo, ni pasarlo en limpio. El presente se vive en este breve instante. Tampoco puedo planificar demasiado el día de mañana, pues es un tiempo que todavía no existe.
Por eso, hoy te digo que te quiero…
es hoy cuando te escucho,
hoy pido disculpas por mis errores,
hoy te ayudo si me necesitas,
hoy comparto lo que tengo,
y hoy salgo adelante sin guardarme palabras para mañana.
Porque hoy respiro, transpiro, veo, pienso, oigo,
sufro, huelo, lloro, trabajo, toco, río y amo. ¡Como tú!
No siempre podemos cambiar el mundo, pero siempre podemos cambiar la forma en que lo vemos. Con una mirada positiva todo es distinto y mejor.
Todos acumulamos años, y cada uno de nosotros, tarde o temprano, llegaremos a ser personas de edad avanzada… ancianos. Por eso me gustaría hablar de lo diferente que puede ser nuestra vida según decidamos enfocarla.
No podemos evitar llegar a ser mayores, pero sí podemos negarnos a ser viejos.
Ni viejo ni vieja… persona mayor.
Somos personas viejas cuando dejamos que la vida transcurra sin sorpresas, cuando nos levantamos y sólo miramos por la ventana para ver pasar el tiempo.
Somos mayores cuando, a pesar de la edad, nos levantamos y disfrutamos de un paseo mirando correr a los niños, sonriendo a cada persona que nos saluda.
Somos viejos cuando nuestros sueños se mueren, cuando dejamos de luchar por conseguir «algo» en la vida.
Somos mayores cuando aún a nuestros años, soñamos. Soñamos con ver a los nietos, con llenar la mesa de familia, con descubrir y experimentar cosas nuevas, con hacer reír a los demás con nuestras historias.
Somos personas viejas cuando creemos que estamos de vuelta de todo, que la vida ya no puede darnos nada que no hayamos vivido ni enseñarnos nada nuevo.
Somos mayores cuando seguimos dispuestos a aprender, a descubrir y a conocer.
Persona mayor, con edad sí… viejo no.
Somos personas viejas cuando nos quedamos sentados frente al televisor esperando la hora de nuestra muerte, cuando no hacemos nada por las personas que están junto a nosotros, excepto hacerles infelices con nuestras quejas.
Somos mayores cuando salimos a caminar porque el médico nos dice que eso nos dará calidad de vida, cuando disfrutamos inmensamente cada minuto que estamos en este mundo.
Somos personas viejas cuando miramos la agenda y está en blanco porque no tenemos nada que hacer y sólo nos resignamos a nuestra partida, sin darnos cuenta de que cada día es una bendición.
Somos mayores cuando planificamos nuestra vida junto a la familia, cuando viajamos para conocer mundo, cuando hacemos todas esas cosas que no habíamos podido hacer antes.
No seamos viejos, que eso es cuestión de actitud ante la vida. Las personas con alma vieja se deprimen con mucha facilidad, pero las que simplemente son personas mayores, aceptan las inconveniencias de la vida, no dejando que les afecte tanto como para amargarles, saben que la vida se hace muy larga o muy corta según se viva… Siempre merece la pena vivir intensamente, con felicidad, optimismo y sin aferrarse a las cosas que nos dañan el corazón.
No permitamos que el desánimo, la tristeza, los obstáculos, los miedos, los fracasos y las derrotas nos conviertan en personas viejas, amargadas y sin vida.
La edad se lleva en el corazón, y siempre que encuentres motivos para sonreír y alegrar a los demás, serás una persona mayor con alma joven.
Por tanto antes de pensar en las cosas que te «limitan» ponte a pensar en la fortuna que representa estar vivo un día mas. disfruta del regalo que hoy se te entrega, para hacer la diferencia.
Feliz Jueves!!
GRR