Hace casi un año comencé a ejercitarme de forma más frecuente, así que comencé haciendo Crossfit Training dos veces por semanas y paulatinamente comencé a agregar corridas en los días que no me tocaba entrenamiento. Con disciplina fui ganando energía, disciplina y resistencia. Generalmente en mis corridas alcanzaba los 4.5 kilómetros y para mí eso era suficiente, era pasar de nada a mucho y en poco tiempo. Llegó el 2016 y era el momento perfecto de ponerme a prueba. Se anunció la carrera “Jóvenes Defensores de la Vida 5K”, una carrera benéfica y me ofrecieron participar como voluntario en el equipo de ayuda, pero dentro tenía el deseo de hacer la carrera, así que decidí ser voluntario con la promesa de integrarme al equipo luego de terminar el recorrido.
Llegó el día y tenía una mezcla de muchas cosas, ansiedad, miedo, impaciencia. Comencé a calentar un poquito en lo que comenzaba la corrida oficial. Por temas logísticos y por ser parte del equipo de apoyo, tuve que salir antes de la señal oficial y durante mi recorrido conecté con muchas cosas que había leído en libros de crecimiento personal, que mis mentores me habían dicho, pero son de aquellas vivencias que no se aprenden en libros ni porque otro te lo diga, sino que lo comprendes cuando lo experimentas en cuerpo y alma.
Esto es todo lo que aprendí en tan solo 5 Kilómetros:
Tan pronto comencé el recorrido lo primero que me pregunté fue: “Faltará mucho para llegar a la meta?”. Es impresionante cómo antes de dar los pasos iniciales me encontré pensando en el final no bien había alcanzado la marca de los 50 metros y peor aún, como esto mismo se traduce a todo aquello que queremos lograr. Quisiéramos escribir un objetivo y tan pronto terminamos de plasmarlo nos gustaría sentir que ya logramos todo lo que nos propusimos. Si bien es cierto que definirlo es un gran paso, lo innegable es que para alcanzar cualquier cosa, hay un camino que recorrer, en mi caso eran 5 kilómetros.
- Mis entrenamientos consistían en sesiones alternas entre correr y caminar. Cuando llegué corriendo sin parar a la marca de 1.5 kilómetros me dije: “Lo has hecho muy bien hasta ahora, si quieres ya puedes dar el recorrido por terminado”. Es muy fácil dejarse seducir por pensamientos como éste, pensar que con una parte del camino recorrido, todo está hecho y es sin embargo, la parte en la que se pone más interesante el viaje. Nunca hay que darse por vencido aun cuando a mitad, lo hayamos hecho bien.
En el punto de retorno, 2.5 kilómetros, medio camino recorrido, tocaba hidratación y nuevamente la seducción de quedarse allí, rendirse a la mitad de la meta. Te lo planteas seriamente cuando miras que la mayoría de los que están a tu alrededor son atletas con mucha mejor preparación y que para ellos 5 kilómetros son como subir y bajar unas escaleras, y tiene todo el sentido del mundo rendirse ante esta realidad, pero ahí entendí que no se trataba de competir con nadie, era yo contra mi mismo y mi marca habitual de 4.5 kilómetros que implicaba dar una milla extra, implicaba dolor, sacrificio, sudor y lágrimas, y eso cuesta todo lo que tiene valor en esta vida.
- Completé el recorrido total en 53 minutos [aunque línea meta dice otra cosa] a mi ritmo, de acuerdo a lo que he aprendido en mis entrenamientos, retándome a dar un poquito más, esforzándome un poquito más, pensando en que al final lo importante es completar lo que uno se propone aunque le cueste.
Esta fue la primera carrera de muchas que voy a recorrer y espero poder seguir aprendiendo lecciones para compartir.
5 kilómetros es una gran distancia si se sabe aprovechar y sacar lo mejor. Nada es tan grande como para no intentarlo.
Esperando ser un instrumento de ayuda para ti
Happy Running!
Juacko