Dejé de preocuparme por el futuro cuando entendí que me perdía momentos importantes e intensos del presente
Dejé de preocuparme por el pasado cuando entendí que no me servía de nada recordarlo a menos que buscara algo que aprender
Dejé de prestar atención a muchas de las opiniones de los demás cuando descubrí que cada quien habla desde su propio interés y desde lo que desea para el otro
Dejé mis conflictos internos cuando decidí detener la constante pelea entre razón y corazón y elegí más que nada escuchar mis instintos que al final no es más que las voces de razón y corazón combinadas por un buen fin
Dejé de quejarme de mis debilidades cuando descubrí que eran más mis fortalezas
Dejé de molestarme con el mundo por no ser como yo quería y elegí hacer mi parte para mejorarlo
Dejé de pedirle a Dios que me cambiara y elegí dejarlo Ser y simplemente aceptar lo que Él tiene preparado para mí
Dejé de planificar y elegí dejar que surgiera la espontaneidad
Dejé excusar y justificarme, porque haciendo esto huía de mis miedos, ignoraba verdades complejas de mí mismo y elegí enfrentar mis temores
Dejé de juzgar a la gente y elegí ver a todos los que me rodean como maestros, como seres de los cuales puedo aprender
Dejé de lamentarme por las derrotas de mi vida porque me impedían ver las oportunidades que llegaban y las puertas que se abrían
Dejé de llorar por el amor perdido porque al llorar recordaba lo duro que es perder a alguien, elegí valorarlo por lo que fue y seguir adelante
Dejé de postergar el amor cuando entendí que simplemente llega en el momento menos esperado
Dejé de decir todo lo que pensaba porque descubrí que muchas veces ofendí a los demás; elegí de vez en cuando callar y escuchar
Dejé, simplemente de tomarme tan en serio y elegí ser yo, ser libre
Esperando ser un instrumento de ayuda para tí.
Con AMOR,
Juacko