El único superviviente de un naufragio llegó a una isla deshabitada. Pidió fervientemente a Dios ser rescatado, y cada día divisaba el horizonte en busca de una ayuda que no llegaba. Cansado, optó por construirse una cabaña de madera para protegerse de los elementos y guardar sus pocas pertenencias.
Un día, tras merodear por la isla en busca de alimento, cuando regresó a la cabaña la encontró envuelta en llamas, con una gran columna de humo levantándose hacia el cielo. Lo peor había ocurrido: lo había perdido todo y se encontraba en un estado de desesperación y rabia.
–¡Oh Dios!, ¿cómo puedes hacerme esto? –se lamentaba.
Sin embargo, al amanecer del día siguiente se despertó con el sonido de un barco que se acercaba a la isla. Habían venido a salvarlo.
–¿Cómo supieron que estaba aquí? –preguntó a sus salvadores.
–Vimos su señal de humo –contestaron ellos.
Es muy fácil descorazonarse cuando las cosas marchan mal. Recuerda que cuando tu cabaña se vuelva humo, puede ser la señal de que la ayuda está en camino..
Muchas veces, nos quejamos de que las cosas no salieron como pensábamos, sin darnos cuenta, que el mismo hecho de que nuestros planes se hayan arruinado, puede llegar a ser nuestra mayor bendición..
Solemos hacer nuestros planes, sin antes detenernos a preguntarle a Dios cuáles son sus planes para nosotros, que dicho sea de paso, y por experiencia propia SIEMPRE son mejores que los nuestros.. Pensamos y creemos que sabemos exactamente lo que queremos, cuando en realidad nuestro sentir y gusto por las metas actuales suele ser pasajero y condicionado a nuestro entorno.. Tenemos una visión limitada por nuestra inexperiencia, por los medios de comunicación, las opiniones de quienes nos rodean, que en muchas ocasiones nos hacen cohibirnos de lo que realmente queremos hacer y sentimos en nuestro interior..
En cambio Dios tiene la ventaja de quien observa el partido de ajedrez, pues mira tu problema, tu meta, y el camino que estas recorriendo desde otra perspectiva.. (si has visto una partida de damas, o de ajedrez y entiendes el juego, coincidirás conmigo en el hecho de que desde afuera logras ver las jugadas ganadoras, que durante el juego muchas veces no logras visualizar) la razón es muy sencilla y es que mientras vas caminando y tomas una decisión nuestra mente hace lo posible para justificar esa decisión y no admitir el error..
Todo lo que tienes en este momento no te pertenece, pues te ha sido confiado cual préstamo por Dios, por tanto no te apegues, pues en cualquier momento te pueden ser arrebatadas de las manos eso a lo que más aprecio le tienes.. pero a diferencia del hombre de nuestra historia, en vez de discutir y reclamarle a Dios el porqué? 1) da gracias por el privilegio de haberlo tenido aun cuando haya sido por corto tiempo 2) ten la certeza de que mejores cosas vendrán.. Pues el Señor es un Dios de orden y aun cuando ahora no lo puedas entender, todo obra para bien y al final encaja en el propósito que él, tiene para ti..
Sonríe hoy es miércoles, Dios te ama!!
GRR