Pocas sensaciones se comparan con la incertidumbre, esa situación en la que a veces nos encontramos, que no sabemos en buen español, sobre cuál pie estamos parados, esa, que nos hace dudar de si estamos en el lugar o punto exacto, esa, que nos hace tambalear, pensando, ¿lo estaré haciendo bien?.
El sin saber, es un estado en el que Dios a veces nos permite experimentar, tiempo de espera, tiempo de gracia, tiempo de oración, tiempo de abrir los ojos, porque si es cierto que la incertidumbre arropa nuestros días y castiga nuestras noches, este mismo «sin saber» ha traído los tan necesarios Oasis en el desierto actual.
Esta agua encontrada en los Oasis, no sólo servirá y ha servido para curar la sed actual, sino para guardar como reservas para futuros momentos de escasez, es cierto en esos momentos sientes que tu mundo está en un péndulo, tal vez porque tu situación sentimental, familiar, laboral no es la mejor, o sea cual sea esa situación que te atormente, pero también es cierto que en este tiempo de sombras y matices que van de gris a negro, Dios pondrá más de un Arco iris en tu camino, personas que irradiaran su luz para espantar las tinieblas del tambaleo, personas que se pondrán como misión, no dejarte sólo.
Ya para concluir quiero decir, que esta mañana aprendí una gran lección, con una simple frase, «el Hombre sin fe, no tiene asidero», la lección que aprendí fue, que mientras haya fe, siempre habrá cambios, habrá estabilidad, aun en medio del sin sentido, el padre que está en el cielo pondrá su hermoso equilibrio.
Feliz martes.
Dr. Antonio Contreras
Desde Adentro 