Estando mahatma Gandhi sentado en su casa llego una mujer con su hijo agarrado de la mano.
Le dijo: maestro, mi hijo tiene por usted una gran admiración y respeto, por eso quiero que sea usted quien lo aconseje para que deje de comer tantos dulces y azúcar.
El maestro miro al niño y le dijo vete a casa y regresa mañana. Al otro día el chico llego temprano, Gandhi le dijo: no comas tantos dulces ni azúcar, te harán daño a tu salud. Inmediatamente el chico dejo de comer dulces y azúcar.
La madre un tanto curiosa le pregunto, porque en el día de ayer no se lo dijo directamente y espero hasta el día de hoy? A lo que Gandhi respondió: por que ayer yo estaba comiendo dulces y azúcar.
No podemos exigir lo que nosotros mismos no podemos cumplir. Muchas veces queremos que otros hagan lo que nosotros no somos capaces de hacer.
El orden comienza por casa, quieres que el mundo cambie? Comienza por ti mismo. Si no puedes cambiar tú, nunca podrás cambiar al mundo.
Que tengas un día Bendecido!!
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Desde Adentro 